Aunque mi trabajo de fotografía y danza empezó a ser visible hace como 10 años, ya en los 80, incluso antes de estudiar fotografía, rondaba los escenarios. Sin saberlo y gracias a mi madre -un ser maravilloso que sembró en mi la inquietud y la creatividad junto a la oportunidad que me dió Menchu Vargas, que para sus festivales le pintaba telones, hacía la iluminación y me metía en todo lo que podía-, fue como empezó esta pasion.
Y exactamente, cómo se ve en esta foto, en una variación de La Muerte del Cisne, para la que pinté un telón de fondo de 9 mt de largo con la imagen de un palacio (una pena que no se aprecie en la foto) y además, como soy poco enterado, me hice cargo del panel de luces y por supuesto el cañón que seguía al precioso cisne por todo el escenario, cuando quedé prendado de La Danza.
¡Gracias infinitas!