Hace mucho tiempo que quería tenerlo en mi plató, me imaginaba, siempre envuelto en un halo misterioso, profesional, cercano, experto, humano pero con mucho respeto, algo me decía que no sería fácil. Cristina siempre me lleva a los extremos y me propone una sesión con él. Ni me imaginaba lo que iba a suceder. Calentamiento, medición de luces, ajuste del esquema de flashes y nos ponemos a disparar. Como una sinfonía, siempre in crescendo… y pasó lo que tenía que pasar. Disfruté como un enano, con la complicidad de Cristina Henríquez descubrí mas de mis capacidades gracias a Heriberto Rodríguez.
