No sé como explicarlo, Noruega me impresionó hasta este punto. En el fiordo que separa Kristiansand de Lumd, desde el puente que las une, tras el deshielo, ya en verano, aparecía entre las algas esta bicicleta, naufragio de alguna travesía. La casualidad hizo que días después, mi querido Marius se inventara un artilugio para rescatarla junto a otras dos afortunadas. Las lavamos e iniciamos su rehabilitación.
